viernes, 17 de junio de 2011

[ 17 · 6 · 11 ] Un Regalito ❤

¡Feliz Cumpleaños!

¡Happy, happy Birthday!

Viernes. 
Finales de trimestre. El último día de clase para otros, último día en estar entre esas paredes viejas de los institutos, de las escuelas... Empezando un nuevo día. Nuevas esperanzas. Entre lágrimas de tristeza y de felicidad. Un día nuevo para todos.

Ashes, una chica divertida, alegre y hiperactiva. Despertaba algo adormilada aún mientras se frotaba el ojo derecho con la mano correspondiente. Bostezó, miro su reloj digital y sonrió. Hoy era un día soleado,   se levantó de la cama y camino ( o mejor dicho corrió ) asta el baño. Salía su hermano mayor, Eloy. La pelicastaño miró a su hermano por unos segundos asta que él le estiró una de sus mejillas.

 – No te caigas al caminar... E-na-na – se rió al soltarle la mejilla, mientras Ashes le pegaba – pero flojo– un puñetazo en el brazo. Izo un puchero, mientras se sobaba la zona estirada.

 – ¡No soy enana!– dijo mientras le sacaba la lengua. Eloy negó con la cabeza, pasó una de sus manos a la cabeza de la menor, revolviendo mas el cabello castaño de Ashes. La dejó en paz mientras susurraba un “Feliz cumpleaños hermanita...” y se perdía en el pasillo de la casa. Ashes sonrió al ver que se recordaba de su cumpleaños y entró al fin al baño.

La mañana pasó normal. Su madre la felicitó con una magdalena de chocolate rellena con una salsa de fresa. Ashes era un golosa. Su padre la felicitó con un reloj de pulsera. Llevaba escrito en la correa su nombre y llevaba colgado un pequeño corazón de oro. Dio las gracias con un abrazo y un beso. Su hermano no paraba de molestarla entre bromas y risas, asta que el dio su regalo. Era un libro. Se titulaba Esperanza & Coraje  de Helen Exley. Dio uno de esos abrazos de oso que desde pequeños se hacían y le agradeció con un beso en la mejilla.

Ahora mismo estaba a las afueras del Instituto, esperando a que su amiga llegara. Pasaron los minutos y llegó el toque de entrada. Ella suspiró algo decepcionada al ver que no venía. Era el último día en que estarían en el Instituto y se irían a la Universidad. Entró al fin al edificio.

Caminó con pasos algo lentos. Su cabeza estaba llena de pensamientos. Pensaba: “¿Por qué no ha venido?” “¿Se le habrá olvidado que hoy es mi cumpleaños”? Con eso pensamientos y preguntas en la cabeza, entró en su clase. Todo estaba a oscuras. ¿Por qué todo esta oscuro? Se preguntaba. Encontró el interruptor a tientas, las luces se encendieron. Todo pasó muy rápido. Confeti, muchas risas y sonrisas y una gran pancarta diciendo “ FELIZ CUMPLEAÑOS ASHES ”. Notó un abrazo. Su amiga Niki estaba aquí.

– ¡Feliz cumpleaños, Ashes! –dijo alegre su amiga. Ashes la abrazó fuertemente sin hacerla daño. Dio las gracias a ella y a sus compañeros de clase. 

El día fue divertido. Sus amigos e profesores festejaron, entre despedidas y felicitaciones. Ashes nunca olvidaría este día. 

– Ashes...– alguien la llamo desde detrás. Se giró al reconocer esa voz tan familiar para sus oídos. Miro a su mejor amigo Robert, se conocían desde la infancia– Feliz cumpleaños Ash –dijo mientras la abrzaba dulcemente. Ashes correspondió el abrazo. Tenía ganas de llorar, sabía muy bien que este día acabaría y no se volverían a ver.

– Gracias...– hipó mientras se secaba las lágrimas que salieron de sus ojos azules metalizados. Robert sonrió cariñoso, mientras buscaba una cosa en el bolsillo de su chaleco. Sacó una cajuela pequeña de madera, bien tallada y preciosa.

– Para ti – dijo mientras se la extendía algo sonrojado. Ashes lo cogió cuidadosamente, mientras abría la tapa. Sus ojos se agrandaron. Era una cajita de música, debajo de la tapa había una foto de ellos dos. En ella también contenía una bolsita de terciopelo negro. Muy suave al tacto. Lo abrió y se encontró con un anillo de plata con una cadena. Lo sacó de la bolsita. Ashes no se lo podía creer.

– Robert... Yo. No se que decirte...– dijo mientras lo miraba. Los ojos negros del chico relucían como dos perlas negras. 

– Me gustas...– dijo al fin el chico sonrojado mientras la volvía a abrazar. Ashes lloró de felicidad. No podía creérselo. Su mejor amigo, su compañero... ¡le decía que le gustaba! Parecía un sueño... Se separaron un poco, sin cortar el abrazo que mantenía. Ashes observó el rostro de Robert, sus rostros se acercaron, poco a poco asta que sus labios se fundieron con los ajenos. En un suave beso. Un simple beso inocente y lleno de amor.

Solo con eso, sabía que se querían mutuamente.

Feliz cumpleaños


Este regalito se lo hago a mi querida hermana Nekita.
¡Feliz cumpleaños!
❝ Cada problema trae en las manos
un regalo para ti.❞

RICHARD BACH

Hecho por: Ches Loveless Cross Ivy Seinx

1 comentario:

  1. Felicidades!! ya te sigo!! espero publiquees mas cosas! yo tengo una novela si quieres... estas invitada!

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